domingo, 11 de mayo de 2014

El trabajo del alfarero


Casi todo mundo sabe lo que es un alfarero. El alfarero es una persona que moldea el barro para hacer con él  varios objetos.
Antiguamente los alfareros trabajaban el barro con las manos, dándoles diferentes formas. El barro era puesto sobre una tabla circular que estaba unida por un eje central de una rueda más grande, cerca del suelo. El alfarero, al hacer girar con los  pies la rueda inferior hacia girar también la rueda superior, y con las manos, moldeaba el barro que giraba. Así los utensilios de barros eran hechos según la voluntad del alfarero.
Quizá los alfareros del presente ya no trabajan como lo hacían en la época de Jeremías, en aquella época no había electricidad para girar la rueda, y tenían que hacerlo con el pie, así podían dedicar toda su atención para trabajar con sus manos un barro sucio, feo, impotente y que no servía  para otra cosa, es así llegamos  en la Iglesia. El alfarero está resuelto a transformar esa masa que no tiene forma ni atractivo alguno, en un objeto de arte y útil. Es interesante observar el contraste entre la masa  de barro y las hermosas  y variadas piezas de alfarería que resultan de la labor del alfarero.
El alfarero tiene un plan perfecto para el barro; en su mente ve un producto terminado. Nuestra vida es  una rueda, supongamos que el barro tuviese vida y pudiese escapar de la rueda. ¿Como acabaría? En nada, en un montón de tierra mojada, que la lluvia arrastraría. Pero en la rueda  bajo la presión de las manos del alfarero, va tomando forma y se convierte en jarro.
Podemos pensar que después de  la rueda ya está terminado el proceso, pero no, es preciso todavía, que el alfarero lo meta en el horno (fuego), para que se torne duro y resistente.
Cuantas veces hablamos con Dios," Señor úsame como un jarro en sus manos", pero nos olvidamos que antes de usar el jarro se lleva al fuego. ¿Y qué pasaría si el  jarro decidiese escaparse del horno?
Que se quebraría en la primera, que no valdría nada, y habría que deshacerlo  por algo inútil.
Hay un alfarero  distinto de los demás. Este tiene la particularidad de amar con locura a sus obras. Estas a su vez son libres, y a veces rechazan el horno, incluso la rueda. Cuando uno de estos objetos se rompe, este alfarero, no lo deja tirado en un rincón, por el contrario, lo toma de nuevo y lo lleva a la rueda para que se moldeado de nuevo. Pero no se olvide, primero se escoge el barro, después se lo lleva a una rueda y por ultimo en el horno, es así que Dios moldea a sus siervos, Él usa la rueda de la vida con sus presiones para que nosotros seamos moldeados según su voluntad y después de todo esto somos llevados al horno, que son las pruebas más duras que enfrentamos pero que nos hacen más fuertes y resistentes. Y una vez que pasamos por el horno, estaremos listos para ser usados en el propósito para el cual fuimos creados.


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