Estudio del Apocalipsis Capitulo 1 (Parte 7)

“Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.”(Apocalipsis 1:9-20)

El Apóstol Juan.  El Apóstol Juan era el más anciano que quedaba vivo cuando se escribió este libro, tal vez se le estimaba como el Santo más reverenciado de sus días, pero en lugar de traer la atención sobre sí, se identificó con la gente, al afirmar: “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación.” Esto no se refiere a la gran tribulación que Jesús menciona en San mateo 24  y se describe en Apocalipsis 6-18. Esa tribulación durará solo siete años y todavía no ha ocurrido. La” tribulación” que Juan tenía en mente era el sufrimiento que experimentaba en ese momento como discípulo de Jesucristo. Convertirnos en Siervos de Dios no nos libra de las tribulaciones de este mundo. Pero sí nos exime de la tribulación de siete años dirigida a Israel y  los gentiles incrédulos. Además se identifica como su compañero: “en el Reino y en la Paciencia de Jesucristo.”Es evidente que aquí se refiere al Reino espiritual que Jesús Estableció en el día de pentecostés, que sigue operando hay y que se puede entrar solo con el nuevo nacimiento. La “Paciencia "de este Reino se ve en nuestra perseverancia hasta que Él venga al final de esta era.

Preso en Patmos. La isla de Patmos, ubicada en el mar Mediterráneo frente a la ciudad de Mileto, en el continente Asiático, es una isla pequeña a la que es probable que el gobierno Romano envió  Juan al exilio, “por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo.”Vale destacar que a la edad de casi noventa años, Juan se negó a comprometer su predicación fiel de su Señor Jesús resucitado y glorificado. Existen pruebas de que Patmos se usó para encarcelar prisioneros durante este período histórico. Esto ubicaría la composición de Apocalipsis alrededor de la fecha tradicionalmente aceptada del 95 d.c., es decir, cerca de la muerte de Juan.

El Día del Señor.  Esta es la primera vez que se usa la expresión “el día del Señor” en el Nuevo Testamento, los Cristianos acostumbraban reunirse para leer las Escrituras, enseñar y orar en el primer día de la semana, al que llamaban, “el día del Señor”. Así daban testimonio de que su Señor había resucitado de los muertos el primer día de la semana.

Significado de: El día del Señor.  Es probable, que el uso que hace Juan de “el día del Señor”, con relación a estar “En el espíritu” no se refiere a estar en el espíritu solo el primer día de la semana.  Más bien, es una referencia al hecho que mediante el poder del Espíritu Santo, Juan se elevó en una visión profética por encima de la ere de la Iglesia y entró en “el día del Señor”. Esto se refiere con exactitud no solo la gloriosa aparición de Jesús sobre la tierra, sino la incorporación de muchos sucesos del período de la tribulación, incluyendo el arrebatamiento de la Iglesia y los siete años de la tribulación, culminando con la gloriosa aparición de Cristo y el establecimiento de su Reino de mil años.

1)- Las Siete Iglesias de los días de Juan

Es  evidente, que se trataba de Iglesias literales con las que Juan estaba familiarizado, ya que la mayor parte de su ministerio se desarrolló en el área de Asia. La pregunta que nos viene a la mente es: ¿Por qué, de los cientos de Iglesias situadas, en ciudades de todo el mundo en aquella época (alrededor de sesenta y tres años después del Pentecostés)? Fueron seleccionadas estas siete Iglesia? También se sugiere que representaban las siete divisiones básicas de la historia de la iglesia.

2)-Las siete divisiones básicas de la Iglesia

Un estudio de la historia de la nos revela  que la iglesia atravesó por siete periodos o etapas básicas. Tal parece que el primero a sugerir que la teoría de las siete Iglesias de Apocalipsis 2-3 es profética, que esta representa siete periodos consecutivos de la historia, fue el mártir Victorino, Obispo de Pettau( que murió cerca del año 303 d.c.). Esta creencia, tal como sostiene hoy día, no niega que al mismo tiempo las siete Iglesias son históricas y representativas. Afirma que el elemento profético se suma a estos otros elementos y es totalmente compatible con ellos. De este modo, contempla a las siete Iglesias, 1- Como existentes desde el punto de vista histórico al momento que Juan escribía en los años 95-96 d.c. 2-  Como representantes de toda la Iglesia a través de los siete tipos de iglesias locales que existían a lo largo de toda la dispensación, y 3- Como anticipo de los siete aspectos de la Iglesia profesante que se levantará con éxito antes de la segunda venida de Jesús.

Generalmente, los siete periodos se dividen de la siguiente manera:

   1-   Éfeso: La Iglesia Apostólica (d.c. 30-100);

   2-  Esmirna: La Iglesia perseguida (d.c. 100-313);

   3-  Pérgamo: La Iglesia del Estado (d.c. 313-590);

   4-  Tiatira: La Iglesia Papal (d.c.590-1517);

   5-  Sardis: La Iglesia Reformada (d.c. 1517-1730);

   6-  Filadelfia: La Iglesia  Misionera (d.c. 1730-1900);

   7-  Laodicea: La Iglesia Apóstata (d.c. 1900).

3)- Los siete tipos de Iglesias que existen en la actualidad.

Aun que la mayoría de estas facetas de la historia de la Iglesia han concluido, su influencia todavía pasa de un periodo al otro, algunas tendencias, todavía siguen existiendo en nuestros propios días.

4)- Las siete características que pueden existir en cualquier Iglesia o miembro.

Esta sugerencia es la aplicación práctica del mensaje a estas Iglesias sobre una base personal e individual. Al examinarlas, podemos ver que comprenden siete métodos que Satanás tiene para atacar la Iglesia o a los Siervos de Dios personalmente, lo cual exige que nos vistamos con toda armadura de Dios y que resistamos al diablo.

                                                                                         Continúa...