Después que Dios le había dado un nuevo nombre a
Abran, en el mismo capítulo, vemos que El se ocupa de Sarai. En otras palabras:
¡Abraham, tú mujer forma parte de la bendición! Su nombre, Sarai, por sí mismo
ya tenía un lindo significado, es decir: "Mi princesa". Sara,
significa: madre fructífera de naciones.
Lo maravilloso es que Abraham y Sara se contentaron
únicamente con la Palabra de Dios, sin ver, sin probar, sin sentir y sin
experimentar. Esa es la fe que precisamos en nuestros tiempos. No vemos mucho.
Su Palabra, Su promesa, debe ser suficiente para nosotros: "¡Sí, Señor, yo
creo!" Porque Abraham y Sara creyeron, Dios los renovó, de modo que
llegaron a ser padre y madre de muchos pueblos.
¡Esto también quiere Dios hacer en tu vida! Pero
¿de qué te sirve el lindo nombre o titulo de Pastor, Obrero, Joven,
Evangelista", si no quiere llevar la cruz del Señor Jesús? Tienes que
creer en la Palabra y tomar en serio su llamado, entonces serás fructífero y tu
vida se multiplicará por millares.
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