Somos personas que vivimos en el
tiempo final.
¿Por qué se puede decir esto? La
Biblia lo explica así: Desde que Cristo vino a la tierra por primera vez, nos
encontramos en “estos postreros días” (He 1:2). Ese es el tiempo general del
fin en el que vivimos hace ya unos 2000 años. Toda persona que vive en el tiempo
de la gracia, es una persona apocalíptica porque vive en el último tiempo antes
de que Dios establezca Su reino visible en la tierra. Pero la Biblia también da
indicaciones que muestran que nosotros hemos llegado al fin de los postreros
días. Según el Antiguo Testamento, Dios juntará a Israel de la dispersión
mundial en los postreros días y los convertirá (Dt 4:29-31; 30:1-10; Jer
30:24). Podemos decir que ese juntar ha comenzado en nuestros días (Ez 37),
mientras que la conversión aún está por darse. Además de eso, no se necesita
mucho esfuerzo para descubrir paralelos con los tiempos presentes en las
descripciones de los “postreros días “en 2 Timoteo 3:1-5 o en Mateo 24:37-39.
“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos,
de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor
vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces
vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta,
y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel
día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos
del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como
los demás, sino velemos y seamos sobrios” (1 Ts 5:1-6).
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