“Y escribe al ángel de la Iglesia en Esmirna: El Primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió.”
Es interesante destacar que Cristo comienza cada mensaje a las Iglesias volviendo a la visión de sí mismo en el capítulo 1 y escogiendo alguna de las características de su naturaleza. De nuevo vemos la característica única de cristianismo de que adoramos a un muerto, como lo hacen en muchas religiones, sino al señor Jesús que está vivo. Por esta razón puede actuar a favor de sus hijos de cualquier época.
El elogio de Cristo
El mensaje a la Iglesia de Esmirna es más corto de todos, sin embargo, uno de los elogios más grandes que recibe esta Iglesia, es que Cristo no la condena. El elogio resalta tres características: La tribulación, la pobreza y la aflicción.
Una Iglesia perseguida
“Yo conozco tus obras, y tu tribulación.”Esta era una Iglesia muy perseguida, como la palabra “obras” del versículo 9 no aparece en los manuscritos, en este caso no se hace énfasis a la fidelidad en las obras de la Iglesia, que sin lugar a dudas eran muchas, sino en el hecho de que habían soportado mucha persecución .
Una Iglesia pobre
“Y tu pobreza (pero tú eres rico).”Los miembros de la Iglesia de Esmirna eran pobres, pero a la vez ricos. Además de la persecución física, da la impresión de que la Iglesia allá atravesó un período de severa persecución financiera. Esmirna no era solo una ciudad comercial sino también una ciudad de corporaciones que regulaban estrictamente las actividades de aquel momento de manera muy parecida a lo que hacen los sindicatos en la actualidad. Debido al intenso odio que existía contra los cristianos, cuando un hombre decidía seguir al Señor Jesús, le boicoteaban el negocio, lo dejaban sin empleo o utilizaban algún otro medio para limitar su condición económica. Aquellos miembros que tuvieron riquezas en el mundo, se encontraban en la bancarrota. Como resultado, la Iglesia gozaba de muy pocas entradas de dinero. Esto no le sucedió solo a la Iglesia de Esmirna, sino también en la Iglesias del segundo y tercer siglo.
Las Iglesias de los primeros tres siglos estuvieron marcadas por la pobreza material y el poder espiritual, mientras que las Iglesias de nuestros días, están marcadas por la riqueza material y debilidad espiritual.
“Pero tú eres rico.” Aquí resalta un principio Divino sin importar cuál sea la situación económica de una persona, conocer al Señor Jesús trae riquezas en esta vida y en la venidera. Muchos de los que son pobres, son ricos en esta vida en todo aquello que el dinero no puede comprar: Gozo, paz, felicidad, contentamiento y logros eternos.
Cuanto más cerca estamos del Señor Jesús, más ricos somos, cuanto más lejos estamos de ÉL, no importa cuál sea el saldo de nuestra cuenta bancaria, más pobres somos, hombres y mujeres de Dios, basado en esto,¿ Cuánta riqueza posees?
Una Iglesia afligida
“Y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.” Los miembros de Esmirna estaban en una Iglesia afligida, angustiada por los falsos maestros que pretendían ser judíos, pero que en realidad no lo eran. Nunca es suficiente con obedecer las enseñanzas de la Palabra en forma legalista. Lo que Dios desea de nosotros es que nos sometamos de corazón, no que cumplamos una serie de reglas prescritas.
La sinagoga de Satanás
Satanás tiene su propia fe religiosa, también sus Iglesias llamadas “sinagogas de Satanás.” Cualquier Iglesia que predique otro Evangelio que no sea el de Jesucristo es una sinagoga de Satanás, sin importar como se llame. Muchas de estas Iglesias llamadas “cristianas”, hoy en día, son como los judíos de Esmirna: No son en lo más mínimo cristianos y el Salvador mismo los condena porque predican un mensaje diferente al que se encuentra en la palabra de Dios.
El consejo de Cristo
El Señor Jesucristo de las Iglesias le aconseja a la Iglesia de Esmirna dos cosas: “No temas en nada lo que vas a padecer,” y “Sé fiel hasta la muerte.”
“No temas en nada lo que vas a padecer.” El Señor Jesús predijo el sufrimiento que vendría sobre la Iglesia, diciéndoles que: “el diablo echará algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados y tendréis tribulación por diez días.” Muchos estudiosos de la Biblia consideran que estos diez días corresponden a los diez periodos de persecución. Algunos sugieren que se refiere a los diez últimos años de esta era (303- 312 d.c.). Durante los cuales la Iglesia sufrió una intensa persecución bajo el gobierno de Diocleciano. El consejo de Nuestro Señor a esta amada Iglesia es el mismo que le da a los miembros de todas las edades, cuando entran en periodos de tribulación: “No temas en nada lo que vas a padecer.”Aquellos que tienen a Jesucristo, tienen suficiente sin importar la intensidad de la persecución. Cuando se necesita gracia, se recibe gracia; Cuando se necesita valor, se recibe valor; Porque tenemos la promesa Divina de que Nuestro Dios, “Suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19.
“Se fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” La promesa de Nuestro Señor involucra más que riquezas, “Reinarán con Él mil años,” en proporción directa a su fidelidad en la obra de Dios.
El desafío de Cristo
De nuevo, el desafío llega a aquellos que tienen oídos espirituales para: “Oír lo que el Espíritu dice a las Iglesias,” y es un desafío a conquistar, como ya hemos visto, depende de la fe de cada uno en el Señor Jesús. “El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.” Como ya vimos en la visión del Cristo de las Iglesias en Apocalipsis 1:18 que Él tiene en sus manos las llaves del infierno y de la muerte. Los hijos de Dios tienen la promesa personal del Señor Jesucristo que nunca sufrirá daño alguno de la segunda muerte, que en Apocalipsis 20 se describe como el momento en que el infierno (lugar donde se encuentran los que han muerto sin Cristo), y la muerte serán arrojados al lago de fuego. “Y la muerte y el Hades fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” Debemos entender a qué se refiere la Biblia al decir muerte, es el termino bíblico para describir la completa ruina de la vida de una persona de tal manera que nunca podrá cumplir el plan de Dios, que es eterno. La muerte tiene lugar cuando una persona se separa para siempre de Dios, en lugar de unirse eternamente a Él como fue su intención. La muerte segunda tendrá lugar cuando los que hayan muerto sin Jesús resuciten y sean arrojados en vida a un estado de eterna separación de Dios en un lugar llamado, “el lado de fuego,” Apocalipsis 20:15. Esta segunda muerte no debe causarle ningún temor al que es hijo sea Hijo de Dios, porque no tendrá poder sobre él.
Continúa...
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