lunes, 23 de junio de 2014

Estudio del Apocalipsis. Capítulo 3 (Parte 8)

El consejo de Cristo a los individuos

El mensaje de Cristo a Laodicea   Contiene un consejo muy interesante que se dirige en especial a los individuos de la era de esta iglesia. Aún que iglesia lo excluyó, aquellos que están dispuestos a recibir lo reciben una invitación exclusiva que también se aplica a los individuos de todas las eras de la iglesia. “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Un hombre de adiós describió bellamente este versículo de la Escritura, como la sencilla explicación del plan de salvación, en una muy breve declaración  contenida entres las tapas de la Palabra de Dios. La puerta a la que aquí se refiere, con claridad  es la puerta del corazón, es decir, el centro del ser. La Biblia dice: “ Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23).
En consecuencia encontramos a Cristo golpeando a la puerta de este centro de emociones, llamado corazón, diciendo que quiere entrar. Él no abre la puerta por la fuerza. Sino que llama con paciencia llama: “Si alguno oye, mi voz y abre la puerta entraré a él”. Durante casi dos mil años el Señor Jesús ha llamado fielmente  con paciencia y de manera maravillosa a las puertas de los corazones humanos. ¿Como lo hace? De muchas maneras, cuatro de las cuales me gustaría decirle a usted.
1)- A través  de su Palabra. El Señor Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida (S. Juan 5:24 ). Necesitamos escuchar la Palabra de nuestro bendito Señor y Salvador para ser salvos. Muchos escuchan el llamado suave del Salvador a las puertas de sus corazones mientras leen algo de la palabra de Dios. Algunas veces este llamado se pone manifiesto mediante una reacción violenta de rechazo, pero esto minimiza el hecho de el Señor Jesús llama.
2)- A través de su pueblo. Otro método que el Señor usa para llamar a la puerta de los corazones humanos es a través de sus hijos. Las Escrituras nos dicen: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? (Romanos 10:14)
Veremos que Jesús llama a través de personas comunes y corrientes de todos los días y que muchas veces se mantienen en el anonimato. Sí, no cabe duda; Jesús llama a la puerta de los corazones humanos a través de su pueblo.
3)- A través del Espíritu Santo. El Señor Jesús dijo muy claro en Juan 16:8 que envió al Espíritu Santo para convencer al corazón de la humanidad “cuanto al pecado, a la justicia y al juicio”.  Muchos que pensaron haberse escapado del Pastor y de la palabra de Dios despertaron en medio de la noche revolviéndose muy inquietos en la cama ante la convicción del Espíritu Santo, el cual es el suave llamado del Señor Jesús a la puerta del corazón.
La pregunta clave es: ¿ha abierto la puerta y aceptado su promesa?
“He aquí, yo estoy  a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Esto indica comunión con Dios a través de su hijo  Jesucristo, lo cual es posible
Solamente invitándole a nuestro corazón.

El desafío de Cristo a Laodicea

El desafío que el Señor Jesús le hace a Laodicea, al igual que los otros seis desafíos, es a “vencer” o a ser “siervos nacidos de nuevo”. El desafío es simple, es la promesa de compartir su trono así cómodo Él comparte   el trono del padre. Nos promete que gobernáremos y reináremos  con Él en su reino venidero. La victoria definitiva de un cristiano, que no se ve en esta vida sino en la venidera, es un desafío a ser fieles.
“Al que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias”.
¿Has oído lo que nuestro señor le ha dicho a las  Iglesias? El mensaje de  Cristo  a Laodicea indica que a medida que esta era llegue a su fin, aumentará la apostasía, la muerte y la indiferencia. No nos sorprende que el Señor, pensando en esta era de la Iglesia, se pregunte: “Pero cuando el hijo el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? Lucas 18:8
No deberíamos  esperar un aviamiento como en los días de Moody,  y otros, sino apostasía de parte de la Iglesia de Laodicea. ¿Y  quién puede negar que los movimientos ecuménicos de estos días directamente cumplen con esta predicción?
Sin embargo, nuestro Dios, “el Gran Pastor de las ovejas “convencerá a millones de personas de sus pecados y les ofrecerá el perdón en el nombre de Jesús, antes del arrebatamiento, al final de la era de la Iglesia. Es por eso que quiero estar listo en todo momento para atender aquellas personas que puedan estar en condiciones de recibir al Salvador antes de que vuelva a buscar su iglesia. Esta imagen de Cristo golpeando a la puerta no sólo es la imagen de lo que ha hecho durante estos dos mil años. Sino de todo lo que hará en este tiempo para traer la gente a Él. Si nos rehusamos espontáneamente abrir la puerta e nuestro corazón, ¡rechazamos a Jesucristo!

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