Nuestro Señor elogia a la iglesia de Filadelfia por cuatro razones, que más tarde invocan una promesa:
1- “Yo conozco tus
obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede
cerrar” → Muchos creen que eso se refiere a la evangelización mundial
que caracteriza a la Iglesia que cree en la Palabra de Dios, y que tiene una
orientación misionera, está claro que esta puerta abierta se refiere a las
puertas de oportunidad abiertas para la proclamación del evangelio, una de las
principales características del fiel servicio de la Iglesia, 1 Corintios
16.9 indica que el apóstol Pablo consideraba que una puerta abierta era una
oportunidad para el servicio cristiano.
2- “Porque aun que
tienes poca fuerza” → Tanto la ciudad como la Iglesia eran
pequeñas, Iglesia pequeña no significa Iglesia olvidada por Dios. Con excepción
de algunas Iglesias, la era de la Iglesia de Filadelfia se caracteriza por
Iglesias pequeñas, que, de acuerdo a las normas humanas, son débiles, por
supuesto, esta es la verdadera fuerza; Como el Espíritu Santo nos dice a través
de Pablo: “Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Co 12:10).
3- “Has guardado mi
Palabra” → Esta Iglesia no solo creyó en la Palabra de Dios, sino que
la obedeció. Muchas Iglesias de la Reforma, y también en los días de hoy, creen
en la Palabra de Dios, pero no la obedecen, la Iglesia de Filadelfia se
caracteriza por la obediencia a la Palabra de Dios.
4- “Y no
has negado mi nombre” → El diablo siempre trata de torcer una obra
efectiva de Dios. Es interesante notar que el mayor aumento de falsos Cristos y
falsas religiones en la historia del mundo comenzaron durante este mismo
período. Una de las características de la era de esta Iglesia es que rehúsa a
negar el nombre del Señor Jesús, ofreciendo así el desafío que se le debe
presentar a todo cristiano fiel, a medida que acerca el fin de esta era.
La promesa de Dios a una Iglesia digna de
Elogio
Esta promesa más bien, única de Cristo, que surge como resultado de la actitud digna de alabanza de esta Iglesia, se divide en dos aspectos básicos: la vindicación y la preservación.
1- La
vindicación (Venganza) → “He aquí, yo entrego de la sinagoga de
Satanás a los que se dicen judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí,
yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.”
El Señor Jesús promete que los falsos religiosos (impostores y falsos
maestros) que pretendían ser judíos pero no lo eran, algún día se postrarían
delante de ellos. Estos herejes se darán cuenta que, persiguiendo la Iglesia
fiel del Señor Jesucristo, le darán la espalda a Él.
2- Preservación → “Por cuanto has guardado la Palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” La promesa de Jesús de guardar a los fieles de Filadelfia de la hora de la prueba es idéntica a la promesa de Pablo a los tesalonicenses de que a ellos se les libraría de “Ira venidera” (1 Ts 1:10), y se extiende a todos los fieles de Dios a través de las edades, esa hora incluye el tiempo de juicio divinamente señalado, la era y la angustia que vendrá sobre “el mundo entero,” en los últimos años de esta época, los cuales preceden el establecimiento del Reino de Cristo (milenio), en la tierra. El mundo nunca conoció un período universal de tribulación. Este pasaje es una referencia evidente al periodo de siete años de tribulación, esta promesa sin embargo es para la Iglesia de Filadelfia: será arrebatada antes de que comience la tribulación.
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