1)- La ubicación es adecuada para el rapto. Los capítulos 4 y 5 presentan una visión del cielo y el capítulo 6 introduce el periodo de la tribulación. Juan uno de los primeros miembros verdaderos de la iglesia de Jesús, es un símbolo prefecto para representar la iglesia que sale de este mundo antes de que comience la tribulación, tal cual como prometió nuestro señor: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la hora de prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar los que moran sobre la tierra” (Apocalipsis 3:10).
2)- El no menciona la iglesia en el resto del libro de Apocalipsis, y eso indica que no se encuentra en la tierra durante la tribulación. Existen dieciséis referencias a la iglesia en Apocalipsis 1-3, mientras que en los capítulos 6-18, que hablan de la tribulación no se menciona una sola vez. La conclusión natural que sacamos es que la Iglesia fue tan prominente durante sus dos mil años de historia (como se predica en los capítulos 2-3 no se menciona en los capítulos 4-18, porque en ellos se describe la tribulación, período que ella no tendrá de soportar.
3)- El propuso uso de términos y símbolos del Antiguo Testamento, en los capítulos 4-8 nos hablan de Israel, no de la iglesia, es el tiempo de los gentiles, mientras que la tribulación es el tiempo del sufrimiento de Jacob o de las setenta semanas de Daniel, que Dios determinó para tratar con Israel. Algunos de estos símbolos son el tabernáculo, el arca del pacto, el altar, los ancianos, los incensarios, los querubines, los sellos, las trompetas y las plagas.
4)- Existe mucha similitud entre los acontecimientos de Apocalipsis 4: 1-2 y otras enseñanzas de las escrituras sobre el rapto, tales como 1 Tesalonicenses 4:13-18. Ninguna de las cuatro razones expresadas con anterioridad es suficiente para insistir que en Apocalipsis 4:1-2 se refiere al rapto de la iglesia. Sin cuándo se consideran todas juntas, nos sentimos inclinados a creer que esta deducción puede ser correcta. En Apocalipsis 4 no se enseña directamente acerca del rapto de la iglesia, pero en definitiva, aparece aquí en orden cronológico al final de la era de la iglesia y antes de la tribulación.
Lo primero que sucede en esta visión del futuro (después de que Jesús presentó su revelación de la era de la iglesia en los capítulos 2-3) es el llamado que se le hace a Juan para que suba a la casa del padre en los cielos; este hecho nos enseña algo. Ciertamente, Juan representa la iglesia, y como la apertura de la puerta del cielo y la invitación personal que hace el mismo Señor Jesús al decir “ sube acá ”, son paralelos a otros pasajes proféticos ( 1 Ts 4:16:18), todos los factores detallan el rapto de la iglesia.
El apóstol Pablo fue el escritor especial que adiós escogió para revelar a la iglesia los maravillosos detalles del rapto, Jesús sólo lo menciona una vez en Juan 14:2-3, pero hablo muchas veces de su venida. Por lo general, la mayoría de las personas piensan en este acontecimiento cuando hablan de muchas promesas (trescientas dieciocho en total), que existe en el Nuevo Testamento que se refieren a la segunda venida de Jesús. Debemos tomar cuidado al analizar los pasajes que hablan de la segunda venida y determinar si se refieren al rapto de la iglesia o la gloriosa Venida.
Existe una sola “segunda venida”, pero que se desglosa en dos fases. La primera es sólo para su iglesia, es decir, para todos los nacidos de nuevo vivos y muertos, desde que se fundó la iglesia en el año 33 d.c. La segunda es para todos los que vivan sobre la tierra al final de la gran tribulación (que aceptaron a Jesús por supuesto).
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